Para Luis


Hace muchos años que no hago una entrada en este blog, pero ya que no puedo contactar contigo de otra manera, escribo esto con la esperanza que lo leas algún día.

Hoy estoy muy triste, he perdido un amigo, de aventuras, risas y momentos emocionantes. Una persona con la que he compartido experiencias buenas y malas, de las cuales siempre salíamos adelante con la ayuda de todos, del grupo de Ciclistas de Lago. Hemos cojido boletus, hecho paellas, arreglado averías, saltado vallas…También me has abierto las puertas de tu casa, hemos compartido muy buenos momentos en ella.

Hace años cuando mi vida dió un importante vuelco profesional, te dejé las claves de este blog. Tengo que darte las gracias por haberlo cuidado tanto. Te dejé las llaves del castillo porque eres una persona generosa, responsable, caval, ecuánime, consensuadora y podría añadir infinidad de cualidades buenas. Sólo me hago una pregunta ¿Qué ha pasado con esa persona?.

Espero que seas muy feliz en tu nueva vida motera, que sepas que muchos te echaremos de menos en la ciclista y estaremos encantados de volver a rodar contigo miles de aventuras.

Un abrazo Luis, cuídate mucho.

Mercedes

Sábado 1 de febrero. Cocido en el Pardo 2020


(A pesar de que ALGUNOS se han caído hoy de formas variopintas, me corresponde hacer la crónica de hoy dado mi lamentable estilo bajando, quemando freno y sacando los pies).
Alineación:
Mabel, Tesa, Jana (min. 90), Duke, Jairo, Luis, Tomás, Juan, Juanma, Jose.
Tarjetas amarillas : Luis (minuto 63, por quitarse la camiseta). Tomás (min. 86, por protestar reiteradamente en la subida a Valpalomero).
Media entrada, temperatura primaveral y terreno en buenas condiciones en el Monte de El Pardo.
Fieles un año más a su tradición, los de Lago visitaron el difícil terreno del Monte del Pardo con el firme propósito de llevarse los tres puntos en forma de un exquisito cocido servido por el hostelero local Adrián. Guiados una vez más por la firme pedalada de Duke, siempre con su juego directo y sin rodeos hacia el marco contrario, tras unos minutos de tanteo por la Senda Real, y llegar al Pardo, pronto comenzaron las dificultades tanto orográficas como climatológicas: la temperatura ambiente provocaba que los de Lago comenzasen a estar cocidos por dentro, quizá predestinados por el menú que unas horas después les esperaba.
En esos momentos el equipo tuvo que echar mano de los recursos habituales (plátanos, avellanas, agua y demás viandas habituales), en especial en la dura y novedosa subida a Valpalomero con la que Duke sorprendió a todos, en un alarde de estrategia y conocimiento del terreno visitado.
Los de Lago, siempre de menos a más, acometieron la divertida trialera que les conduciría (a unos más que a otros) hacia la victoria justo al final de la ruta en el  momento de avistar el núcleo urbano y, lo que es más importante, percibir el olor a sopa de cocido tras adentrarse en Casa Adrián.
El objetivo quedó cumplido de sobra con la brillante destreza de Tesa trinchando los abundantes y apetitosos componentes de cocido, y la aprobación del organizador del encuentro, Tomás, al que todos acabaron muy agradecidos.
By Jose.

Sábado 11 de enero. Una vuelta por los montes de el Pardo


…Si ,es uno de esos días, que estaba predestinada a escribir la crónica!! Y claro…no hay que perder las buenas costumbres!!!
Echando mucho de menos a todos los que no les fue posible venir, salimos 6 bikers (Luis, Duke, Juanma, Tesa, Jairo y Jana), intrigados por los nuevos caminos descubiertos por Duke en Casa de Campo.

Como no podía ser de otra manera, una súper Duke-ruta!! Muy divertida!!. 45 kms en las que ha habido un poco de todo: con sus cuestecitas, trialeras, zonas de arena blanda (las menos), en general suelo estupendo, un sol explendido, olor a jara húmeda, toboganes, un mirador estupendo!, cervecita al sol!!…
Esfuerzo de algunas cuestas técnicas ,que ha compensado  totalmente por el nuevo e increíble  descenso.
Hay que repetir !!, Me he quedado con las ganas de repetir ese descenso!!! Muchas gracias Duke!!
La próxima todos!!
By Jana

Sábado 23 de junio. Baño en Cercedilla con subida a la Fuenfria


Pam, Toni y Jana, parten de la estación de Cercedilla, rumbo al Valle de la Fuenfría.
Tras cruzar la calzada romana comienzan a subir….prácticamente al mismo ritmo, claro que algunos con plato y piñón mínimo (Jana), otros con plato medio na menos!!! (Pam)…

Agradable ascenso y merecido descenso, para culminar con un bañito super agradable en la pisci de Pam…

Tan a gusto estábamos que se nos pasó la hora de la comida.

Una ruta preciosa , y estupenda compañía. Hay que repetir!!!

By Jana

Sábado 5 de mayo de 2018 ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?


 

¡Qué recuerdos tan agradables esto de escribir el domingo por la tarde recordando las anécdotas de la ruta del sábado! Que fue bastante gloriosa, a juzgar por la asistencia, en la que se cruzaron antiguas y nuevas generaciones, incluso lo nunca visto una bici eléctrica ruteando con los Lake, ahora ya sabemos que moriremos con las calas puestas.

Y a partir de aquí la super crónica que graciosamente ha escrito Lupe, que case se traga un arbolito en la CC, hay que decir que yo también me caí, pero fue un problema de falta de uso de calas y de momento se me perdona.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Por Lupe y su afilada pluma

Eso es lo que me pregunto muchas veces, con lo fácil que es decir las cosas claras.

Después de unos cuantos años sin compartir una ruta con mis queridos Ciclistas de Lago, decidí acompañarlos esta vez ya que la ruta propuesta era perfecta para mí. ¿Datos anunciados de la ruta?: Ruta verde, circular, 33 kilómetros y duración de unas 3 horas -tirando por lo alto-… ¿La realidad?: Ruta más amarilla que los plátanos de Canarias; de circular nada, allí dimos más vueltas que en un circuito de Moto GP; cuarenta y cientos kilómetros; y unas cuatro horas o más. Pero, ¿¿por qué me hacéis esto?? ¿no es más fácil decir que lo que vamos a hacer es lo que vamos a hacer y así evitar lipotimias? ¿No veis que si decís que la ruta es fácil, hay gente que no lleva comida y puede morir? ¡¡¡Agggggggg!!!

Desahogada ya, contaré que quedamos en Lago a las 10:00 horas (una hora perfecta, porque me pregunto yo que qué necesidad hay de tener que levantarse un sábado a las siete de la mañana). Mucha puntualidad vi allí, qué gusto, aunque siempre hay alguien que, ejem, ejem… no diré nombres, ejem, mer-ejem…

Aparecimos 15 ciclistas, a saber: Marta, Tomás, Toni, Duke, Jana, Mariano, María, Angélica, Mª José, Paloma, Pablo, Luis, Jairo, Mercedes y Lupe (nota: no me ha ayudado nadie a recordar a todos).

Hubo reencuentros fabulosos con gente que no veía desde hacía muuuchos años, y fue muy especial. También fue maravilloso comprobar cómo, igual que antes, las personas que forman parte de los Ciclistas de Lago, y que no conocía, son encantadoras. ¿Qué hace este grupo? ¿Tenéis un imán para el buen rollo?

Pero lo mejor de todo es que se han incorporado al grupo personajes famosos. Esta vez tuvieron la generosidad de acompañarnos Spiderman (Pablo), la Infanta Naranja (Mariano) y la Infanta Limón (María). La más guapa de todas era esta última. María, ¡estabas espectacular! (pero de verdad).

Empezamos esta ruta liderados por Duke, que, como siempre, no quería ser líder de nada (que no te libras, Duke, que no te libras). Allí me enteré de que íbamos a Boadilla…¿perdonaaaa? Bueno, venga… Luego Duke dijo la frase mágica: “Es una ruta llana”… Nooooooooo, voy a morir.

La verdad es que empezamos bien, todos en filita, un poquito para arriba, un poquito para abajo, el campo precioso, todo exuberante, unos que se pierden, otros que se despistan, éste que se adelanta y  ése que se para a esperar a nadie porque no sabe que es el último. Resultado: Ya nos hemos liado y esto es el coño de La Bernarda (con perdón, que la Bernarda no tiene culpa de nada, la pobre).

Todavía en la Casa de Campo, intentamos reagruparnos, así que el grupo en el que yo estaba decidió buscar al resto. Íbamos tranquilos, relajados, felices hasta que alguien decidió meternos por una cuesta abajo. Yo empecé a bajar de una manera muy, muy profesional, tanto que las ruedas comenzaron a derrapar y aquello se descontroló. Como soy muy ágil, vi rápidamente un salvavidas en forma de rama gorda de árbol en horizontal a la que decidí abrazarme cual orangután para no caer al suelo. Lo hice tan, tan bien, que, cuando me fui a agarrar, reboté contra la rama y me pegué un piñazo guapo. Eso sí, consejo para chicas jóvenes que no están a gusto con su cuerpo: Más vale culo grande de goma, que culo chico y hematoma.

Tras la torta y los ánimos de Mariano (¡Oye, qué bien te has caído, lo has hecho muy bien, muy bien!) conseguimos reunirnos con el resto del personal y empezar el viaje hacia Boadilla, momento en el que me enteré de que hay una nueva norma en el grupo: si te pegas un piñazo…¿te invitan a una caña?, ¿te atan un cordel a la bici y te llevan? ¿te compran un bocata?…¡No!…¡¡Te toca escribir la crónica!! ¿cómo? No tienen corazón…

De camino a Boadilla, pasamos por La Finca (money, money, el nivel del grupo ha aumentado), por debajo de la M40 (pre-cio-so), por el Hospital de Montepríncipe (qué vistas) y, por fin, llegamos al Monte de Boadilla. Allí, Jairo nos llevó por caminos muy bonitos, por un campo espectacular hasta el Palacio del Infante Don Luis (bueno, hasta la parte de atrás…¿qué necesidad había de verlo por delante?).

Ya en aquel paraje espectacular, feliz porque pensaba que volvíamos a Madrid, Jairo nos informó de que íbamos a dar una “vueltecita” por el Monte (¿por qué? ¿no estamos dando ya una vueltecita grande de Madrid a Boadilla? ayyy).  Confiada en que el resto del grupo diría: “¡Qué loco, Jairo, nos volvemos!”, me encontré con que todos estaban encantados con seguir pedaleando… ¡Jana! ¿por qué me has abandonado?.

Pasamos por debajo de un puente muy bonito que allí había y nos pusimos a dar vueltas a lo loco hasta que, nuevamente, el grupo se partió en dos. Parece ser que Mariano pinchó la rueda… Ay, Mariano, ese tubeless que llevas hay que revisarlo…

Tras solucionar los problemas de Mariano… bueno, de la bici de Mariano, seguimos dando una vueltecita hasta que pusimos rumbo a la Casa de Campo de nuevo, disfrutando de los árboles, de las flores, del olor a primavera y… ¡de otro piñazo!… el de Mercedes, que tendrá que contar ella porque yo no pude verlo por ir la última del grupo, con la lengua fuera, por las cuestas arriba-llanas que tan bien describe Duke.

Ya en la Casa de Campo, tocó la cervecita de rigor, con aperitivo de categoría (gambas salvajes de Villabotijos de Arriba), y con las conversaciones habituales del grupo: sexo, drogas y rock and roll… Por cierto, Mariano, no digas nada, que luego se sabe todo.

Y, de vuelta a casa, Paloma y yo tuvimos algún problemilla para encontrar el coche, siendo animadas por Tony que ya había encontrado el suyo (¡qué listo el tío!!!, como se lo ha comprado rojo…).

En fin, que ha sido un grandísimo placer volver a pedalear con todos vosotros, con la viejas y con las nuevas glorias, como si no hubiera pasado el tiempo. ¡Habrá que repetir!

 

 

Sábado 16 de diciembre. Comida de Navidad


El lunes 18 de diciembre el grupo de Ciclistas-Lago cumplimos 8 años y para conmemorar tan gran efeméride la ruta estaba organizada con final feliz, que ha consistido en una comida pantagruélica como si no hubiera un mañana.

     A las 10:00 de la mañana, desde la estación de Metro Lago, como mandan los cánones, salimos Jana, María, Mila, Rocío, Luis, Juanma, Mariano, Juan, Jesús, Pablo y el que suscribe, con un fresquibiri que granizaba el Isostar, con destino el Pardo, cual pedido de Frigopies y Frigodedos camino de la Sirena.

     Escogimos la variante de los toboganes, con algún mal recuerdo pero con el miedo superado, para subir a los miradores (a ritmo Slow travel, como manda la filosofía de viajes imperante, y con más conversaciones que un grupo de guasap de 100) y a la fuente de Valpalomero, para continuar por un sendero rápido y muy divertido hasta el restaurante El Faro del Pardo y de ahí a nuestro objetivo, el Palacio del Pardo, concretamente el restaurante Adrián, que está pegado al mismo.

      Aquí se despidió Pablo y se unieron Tesa y Manolo, en bici, y Mer y Luis.

      A partir de este momento nada de barritas y geles, empezarón a correr las fabadas, los arroces, el cordero (a alguno le tocó un pedazo de piernaca), un choto al que sólo le habían recortado las orejas, o un salmón imposible de terminar. Para  finalizar postres varios y todo regado con más cerveza que en el Oktober Fest, y con mazo vino.  

      Con un estado de ánimo más alegre que el de Pim,Pam,toma Lacasitos (ver youtube), y pareciendo que fuéramos de estramonio hasta las pestañas, salimos a la calle rumbo a casa.

      Rocío y Jesús salieron raudos y veloces como si, perdón por la expresión, tuvieran “el perro asomando el hocico”. Lo que también se conoce como una necesidad imperiosa de hacer de vientre. Pero no, era que Rocío había quedado y Jesús, amablemente, la acompañó.

       El resto volvimos, más felices que unos millenials con el último modelo de PSP, hasta el Lago, aunque algunos nos fuimos despidiendo por el camino.

        Recuerdos a los que quisieron venir y no pudieron porque estaban allende los mares.

         Con un grupo como este da gustito hacer rutas y celebrar aniversarios. Gran calidad humana y muchas risas.

         Felices fiestas a todos, salud y un 2018 con mucha bici.

         Un saludo y Happy trails

         Duque

Viernes 6 de diciembre. Por El Escorial


El día amaneció frio, bajo cero, aunque sin nada de viento y con un sol espléndido . Ya se preveía que iba a ser una buena ruta. Mila, Juan, Luis, Jairo, Mariano y la que escribe empezamos la ruta subiendo a la silla de Felipe II.
La helada era tan grande en algunos puntos q parecía nieve. Las vistas estupendas.
Bajamos por las trialeras, que ahora estaban secas, pasando por Robledo y enlazando hasta las cercanias de Valdemorillo. Estábamos llegando a la ermita de Valmayor cuando apareció Jesús q venía desde Alcorcón porque había perdido el tren y no quería perderse la ruta.💪👏
Tras una pequeña parada para celebrar el encuentro y recuperar fuerzas, continuamos bordeando el pantano de Valmayor por la parte izquierda hasta alcanzar la ruta de las cancelas. Cercevecita y relax antes de la vuelta. Buena ruta y mejor compañia!!!

By María